Lilith, la Diosa que te saca victoriosa del infierno
- Sabela Bernárdez
- 3 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 14 may
Lilith, la Luna Negra: Arquetipo, Astrología y Poder en Tránsito

¿Quién es Lilith? Un mito que arde en el alma femenina
Lilith es mucho más que un personaje mitológico:
es un símbolo profundo de libertad, deseo, intuición y soberanía.
En las tradiciones más antiguas, Lilith fue la primera mujer de Adán —una figura que eligió no someterse, que abandonó el paraíso antes de traicionarse a sí misma.
Desde entonces fue demonizada, desterrada, convertida en sombra.
Pero su arquetipo sigue latiendo con fuerza: la mujer libre, la voz silenciada, el poder salvaje que aún habita en lo oculto.
Lilith representa todo lo que no encajó en los moldes:
la rabia legítima, la sexualidad autónoma, el instinto puro, la verdad que desafía estructuras.
¿Qué es Lilith en astrología? La Luna Negra
En astrología, Lilith se conoce como “la Luna Negra”.
No es un planeta ni un cuerpo celeste visible, sino un punto matemático: el apogeo lunar, el lugar más lejano de la órbita de la Luna respecto a la Tierra.
Aunque intangible, su influencia es potente.
Representa la parte más oculta, libre y no domesticada de nuestro mundo emocional.
Donde esté Lilith en tu carta natal, hay una zona de tu vida donde pudiste haber sentido rechazo, juicio o silencio, pero también donde vive tu fuerza visceral y tu verdad inquebrantable.
El poder arquetípico de Lilith
Lilith no es solo "oscura", es profundamente reveladora.
Nos conecta con:
El deseo auténtico, sin culpa.
La voz que fue negada y que ahora busca expresarse.
Las heridas heredadas del linaje femenino.
La sabiduría del cuerpo y del instinto.
La posibilidad de elegirnos sin traicionarnos.
Lilith es la guardiana de la sombra fértil, la que transforma lo reprimido en conciencia, lo callado en palabra, lo temido en poder.
¿Y cuando decimos “tránsito de Lilith”?
Muchas personas creen que decir “tránsito de Lilith” es solo una forma poética de nombrar un momento.
Pero no es así.
Lilith está en movimiento, igual que los planetas.
Cuando transita un signo —como ahora, que recorre Escorpio— su energía se activa en el colectivo y en lo personal.
No es que el evento se llame “Lilith” por estética.
Es que su fuerza se manifiesta en acción, removiendo emociones, deseos y memorias. La luna negra es Lillith encarnada.
Y si prestamos atención, podemos trabajar con ella conscientemente:
no desde el miedo, sino desde el despertar.
Lilith en tránsito: una oportunidad de liberación y verdad
Cuando Lilith activa una parte de tu carta, te susurra:
> “¿Qué parte de ti fue negada para encajar?”
“¿Qué deseo callaste por miedo a perder amor?”
“¿Qué poder sigue escondido esperando que te lo permitas?”
Y cuando eliges mirar eso,
Lilith no destruye: revela.
Y loue revela… libera.
Lilith: la fuerza que no pide permiso
Puedes trabajar con tu Lilith natal, explorar en qué zona de tu carta arde su fuego oscuro, enfrentarte a tus demonios internos, y desde ahí descubrir talentos que antes estaban ocultos.
O puedes acompañar su tránsito actual por los cielos, y permitir que te remueva, te espeje, te confronte.
Porque allí donde Lilith pasa, algo quiere ser visto, algo quiere ser liberado, algo quiere volver a ser tuyo.
Y nadie mejor que la diosa del Inframundo para bajar contigo a tus infiernos y enseñarte que no solo puedes sobrevivir...
puedes renacer con más verdad.
Lilith no busca aprobación: busca despertar.
Es una fuerza que no se encierra, no se calla, no se disfraza.
Es tu voz más antigua, tu deseo más libre, tu poder más real.
Y ahora, te llama a encarnarlo.
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