¿Qué guarda tu ombligo?
- Sabela Bernárdez
- hace 5 días
- 1 Min. de lectura
Quizás sientes picores, sensibilidad, rojeces...O simplemente una molestia extraña, difícil de explicar.
Tal vez crees que ya has trabajado mucho el rechazo. Pero en lo más profundo, sigues dudando de tu valor.
El ombligo guarda la primera huella de separación. Antes de que nos nombraran, antes de que nos vieran, el cuerpo ya registró si fue recibido… o rechazado.

Ese pequeño punto en el centro de tu vientre no es solo una cicatriz. Es una puerta. Y muchas veces, un nudo.
Si en tu vida has sentido que no encajas…Que siempre tienes que demostrar…Que no eres suficiente aunque lo intentes todo…Quizás la herida no está en tu mente. Está en tu cuerpo.
Trabajar el ombligo puede ser el catalizador final. No es casual si estos días sientes calor, molestias o emociones brotando desde ahí.
Hay formas sencillas pero poderosas de acompañarlo:
Llevar un haramaki o cinturón energético (como los chumpis andinos)
Masajear suavemente con aceite esencial de manzanilla o geranio
Colocar un cuarzo rosa en el ombligo
Escuchar. Simplemente escuchar lo que el cuerpo aún guarda.
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