En el campo de la biodescodificación transgeneracional, a menudo se destaca la importancia de conocer detalles específicos sobre nuestro árbol genealógico. Es frecuente que, al iniciar este tipo de terapias, queramos indagar sobre quién es nuestro doble, entender nuestro proyecto sentido o descubrir los secretos familiares que pueden estar afectando nuestra vida. Sin embargo, hay personas que no disponen de esta información y piensan que esto les impide trabajar sobre los patrones heredados. Nada más lejos de la realidad.
El mito de que necesitas toda la información del árbol genealógico
Es cierto que, en muchos casos, la información sobre el linaje puede ofrecer pistas valiosas para comprender patrones y creencias heredadas. No obstante, hay una idea errónea que se ha instalado en torno a la biodescodificación: la creencia de que sin un conocimiento detallado del árbol familiar no se puede avanzar en el proceso terapéutico. Si bien es interesante y útil contar con esos datos, no es indispensable para empezar a sanar los bloqueos transgeneracionales.
Lo más importante es comprender que no solo heredamos genética y apellidos, sino también emociones, traumas y patrones. Y estas huellas están grabadas en nuestro cuerpo y en nuestra energía, lo que permite que podamos trabajar sobre ellas, incluso si no tenemos acceso a toda la historia familiar.
Herramientas alternativas para trabajar sin información del árbol genealógico
Afortunadamente, existen otras herramientas terapéuticas que permiten trabajar en el transgeneracional cuando no contamos con datos sobre nuestra familia. Una de las más efectivas es el trabajo a través de la memoria celular. Nuestro cuerpo guarda una cantidad inmensa de información sobre lo que hemos heredado, aunque nuestra mente consciente no lo sepa. Terapias como las regresiones o la decodificación de memorias del cuerpo nos permiten acceder a esa información.
Otra opción es explorar patrones repetitivos en la vida actual. Lo que vivimos en nuestro día a día puede darnos muchas pistas sobre lo que heredamos, porque tendemos a manifestar esos bloqueos en situaciones que se repiten, relaciones que nos llevan a los mismos conflictos o emociones que surgen sin explicación aparente. Aunque no sepamos qué ocurrió en la vida de nuestros antepasados, el simple hecho de observar los ciclos en nuestra vida nos puede ayudar a identificar lo que necesitamos sanar.
El campo empieza a hablar
Una de las cosas más interesantes al iniciar un proceso terapéutico es que el campo energético empieza a enviarnos señales. Es como si, al dar el primer paso hacia la sanación, todo a nuestro alrededor comenzara a guiarnos. Estas señales pueden presentarse de diferentes formas: personas que llegan a nuestra vida, coincidencias, sueños o incluso sensaciones físicas. El campo nos habla y nos dirige hacia lo que debemos atender o liberar, revelándonos información que quizá no conocíamos conscientemente. Es una guía que nos muestra hacia dónde dirigir nuestra atención.
La carta natal como recurso ancestral
Otra poderosa herramienta es la astrología. En la carta natal, podemos encontrar información ancestral que nos habla de los patrones heredados, las influencias familiares y los bloqueos transgeneracionales. La carta astrológica ofrece un mapa de nuestra conexión con nuestros ancestros, y en muchos casos es posible constelar esa información para trabajarla de manera terapéutica. El análisis de la carta natal puede guiarnos en el proceso de sanación de estas heridas ancestrales, ofreciéndonos una vía para liberar las cargas familiares, incluso si no conocemos a detalle nuestra historia familiar.
Un caso práctico
Recuerdo a una persona que llegó a consulta preocupada porque no sabía mucho sobre su linaje familiar. Le inquietaba que no pudiera avanzar sin esa información. En su caso, además, había sido adoptada y no tenía acceso a los datos de su familia biológica. Sin embargo, comenzamos a trabajar con su familia adoptiva, que también aporta su propio legado emocional y patrones heredados. Para otra persona, el desafío fue que no conocía nada sobre su padre biológico, ya que había estado ausente toda su vida. Aun así, trabajamos con la información que tenía de su madre y de su entorno, y fue suficiente para desentrañar patrones familiares.
En ambos casos, sin conocer datos específicos de todo su árbol genealógico, logramos descifrar esas huellas emocionales y trabajar en ellas. Sus vidas comenzaron a cambiar sin necesidad de obtener la historia completa de sus linajes.
Si no tienes información sobre tu árbol genealógico, no te preocupes. Las herramientas terapéuticas actuales, como el trabajo con la memoria celular o la carta natal, te permiten trabajar con el legado emocional y energético que llevas, incluso si no conoces los detalles. Y recuerda, cuando inicias el proceso, el campo energético comienza a enviarte señales. Confía en que el proceso te llevará a donde necesitas llegar para desbloquear esos patrones heredados. La falta de datos familiares no es un obstáculo, sino una oportunidad para que tu propio cuerpo y tu ser te guíen hacia la sanación.
Sabela Bernárdez, terapeuta profesional integral, experta en Transgeneracional
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