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Deja de decir ‘eso ya lo trabajé’: estas frenando tu sanación sin darte cuenta

Actualizado: hace 3 días

¿Te ha pasado que en una sesión terapéutica surge un tema que tú jurabas ya haber sanado?

Te sorprende, te desconcierta… y tal vez hasta te molesta. “Eso ya lo trabajé”, te dices. “¿Otra vez con lo mismo?”

Si te resuena, no estás sola. Y hoy quiero contarte por qué es totalmente normal… y profundamente valioso.


Sanar no es tachar algo de una lista

Sanar no es como pasar pantallas en un videojuego, donde una vez superado un nivel, ya está. La sanación real es más parecida a una espiral: cada vez que pasamos por el mismo tema, lo hacemos desde un nuevo nivel de conciencia, con más recursos, con más madurez, con menos miedo.


No es que estés repitiendo. Estás profundizando.

Las capas de la cebolla existen… y no son un cliché. Hay temas que nos atraviesan en muchos planos: físico, emocional, energético, mental, ancestral…

Quizás hiciste una terapia donde trabajaste el dolor emocional de una situación. Y ahora, en esta nueva sesión, se activa el patrón mental, o la lealtad al linaje familiar, o la memoria energética que aún vive en tu campo.


Cada sesión abre la puerta a una capa nueva cuando estás lista para sostenerla. No antes. No después.

Eso no invalida lo que hiciste antes. Al contrario: las sesiones previas prepararon el terreno para que hoy puedas ir más profundo.


Si aún te duele, aún hay algo que necesita amor

A veces, cuando te digo en sesión:

"Esto suena a que te quitaron lo que era tuyo… o a que fuiste invisibilizada…",

me respondes que sí, que ya trabaste eso.

Pero si lo mencionas con emoción, con resignación o con frustración…

Si sigue presente en tu día a día…

Entonces, quizás aún hay algo ahí que no ha sido totalmente integrado.


Y eso está bien. No es un fallo tuyo ni mío. Es parte del camino.


No frenes el flujo diciendo “ya lo trabajé”

Cuando dices “ya lo trabajé” de forma automática, puedes estar cerrando una puerta que tu alma acaba de abrir.

Es como si una parte profunda de ti hubiera iniciado un movimiento… y otra parte, con miedo o juicio, tratara de frenarlo.


Confía en lo que se presenta. Si vuelve, es porque algo quiere liberarse.

La energía ya está en movimiento. No la detengas con la mente. Acompáñala con el corazón.


Así que no te frustres si en sesión surge algo “que ya trabajaste”.

Confía en tu proceso.

Valida cada paso.

Y permítete sanar a capas, con amor y con paciencia.


Yo estaré aquí para acompañarte, capa a capa, hasta que sientas que lo que antes dolía… ahora simplemente ya no pesa.


Sabela Bernárdez, terapeuta profesional integral




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